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martes, 28 de noviembre de 2023

Carta desde el cielo: no llores por mí

Sé que mi partida repentina te ha causado un dolor inimaginable, y quiero que sepas que estoy aquí para enviarte un mensaje de consuelo desde el cielo. No quiero verte triste, no quiero verte llorar por mí. La vida después de la muerte es mucho más hermosa de lo que puedes imaginar. Cuando me fui, supe instantáneamente que estaba en un lugar especial lleno de paz y amor. Aquí, no hay más dolor ni sufrimiento, solo existe la abundancia eterna de amor incondicional. Me rodean seres queridos que alguna vez pensé que nunca volvería a ver, y juntos compartimos una felicidad absoluta. Desde esta nueva perspectiva, he podido ver cómo mi partida te ha afectado y me duele saber que te encuentras triste. Pero quiero que comprendas que la muerte no es el fin, sino simplemente el comienzo de una nueva etapa en la que el alma se libera de los límites terrenales y encuentra la verdadera libertad. A pesar de que ya no estoy físicamente contigo, quiero que sepas que siempre estaré a tu lado. Estaré allí en los momentos de alegría y los momentos de tristeza, en los días buenos y en los malos. Te enviaré señales para recordarte que estoy presente, en sueños, en una suave brisa, en una hermosa puesta de sol. Solo necesitas estar atento y receptivo para percibir estas señales. Mis recuerdos vivirán para siempre dentro de ti y eso nunca cambiará. El amor que compartimos trascenderá el tiempo y el espacio, y nuestra conexión seguirá siendo fuerte y eterna. No dudes en mantener esa conexión y hablar conmigo, porque aunque no puedas escucharme con tus oídos físicos, siempre escucharé tus palabras y te envolveré con mi amor. Recuerda que volveremos a encontrarnos algún día. Este adiós por ahora no es para siempre, sino solo una separación temporal. Hasta entonces, quiero que encuentres consuelo en los momentos felices que compartimos juntos y en las bendiciones que te rodean en la vida cotidiana. Permítete vivir plenamente, aprovecha cada día y abraza la vida con todo tu ser. No permitas que mi ausencia te impida experimentar la felicidad y el amor que la vida tiene para ofrecer. Disfruta de las pequeñas cosas, encuentra alegría en los abrazos de tus seres queridos, en el canto de los pájaros y en la belleza de un nuevo amanecer. No llores por mí, más bien sonríe cuando pienses en mí. Celebra mi vida y honra mi memoria a través de tus acciones. Vive una vida llena de compasión, amor y gratitud, y así me mantendrás vivo en cada acto de bondad que realices. Permíteme decirte una vez más que siempre estaré cerca de ti, velando por ti desde el cielo. No estás solo en este viaje, siempre serás amado y guiado. Confía en que nuestras almas están unidas para siempre y que nuestro amor nunca morirá. Con infinito cariño, Tu eterno ser querido.