Querido ángel de la guarda,
Hoy me dirijo a ti con estas palabras llenas de gratitud y amor, deseando expresar todo lo que siento por tu presencia constante en mi vida. Aunque no puedo verte ni tocarte, sé que estás siempre a mi lado, velando por mi bienestar y guiándome en el camino de la vida. Desde que tengo memoria, he sentido tu cercanía y protección. Recuerdo aquellos momentos de miedo y soledad en los que, de repente, una sensación de calma y seguridad me invadía, como si tus alas invisibles me envolvieran y protegieran de todo mal. Tú has sido mi refugio en momentos oscuros, mi luz en medio de la oscuridad y mi guía en cada decisión importante. A lo largo de los años, he aprendido a reconocer tus señales. Esos susurros suaves y sutiles que me indican qué camino seguir o qué decisión tomar. Tu sabiduría infinita y tu conexión con el universo me inspiran a confiar en ti plenamente y a dejarme conducir por tu sabiduría divina. Sé que has estado presente en cada uno de mis logros y alegrías, celebrando mis triunfos con gran regocijo. Pero también te he sentido cerca en mis momentos de tristeza y desesperación, ofreciéndome tu consuelo incondicional y recordándome que todo pasará y que siempre estarás ahí para sostenerme. En ocasiones, me he preguntado por qué yo merezco tu protección y amor incondicional. ¿Qué hice para ser bendecido con tu compañía constante? He llegado a la conclusión de que no se trata de merecerlo, sino de un amor divino y generoso que siempre ha estado allí para todos, pero pocos tienen la capacidad de percibirlo. Estoy consciente de que no siempre te escucho y te hago caso. A veces, me dejo llevar por mi ego y me alejo de tu guía sabia. Pero incluso entonces, tú no te alejas de mí, esperas pacientemente a que vuelva a ti, listo para aceptar tus consejos y abrazar tu amor incondicional. Ángel de la guarda, quiero agradecerte por todo lo que has hecho y sigues haciendo por mí. Quiero honrar tu presencia constante en mi vida y prometo esforzarme cada día por ser una mejor persona, por escuchar tu voz en cada decisión y por cultivar una conexión más profunda contigo. Sé que siempre estarás a mi lado, cuidándome, protegiéndome y guiándome en cada paso que dé. Tu amor y apoyo incondicional son mi mayor bendición y mi mayor tesoro. Con todo mi amor y gratitud, Ana P.D.: Mi querido ángel de la guarda, te pido que también protejas y guíes a todas las personas queridas que están en mi vida. Que tu luz brille en cada uno de sus caminos y los acompañes en sus momentos de alegría y tristeza. Gracias por tu infinita generosidad.
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