Solo hay dos días en los que no puedes hacer nada: Ayer y mañana. Estas dos palabras, aparentemente sencillas, poseen un poderoso significado que a menudo pasamos por alto. Sin embargo, si reflexionamos profundamente, nos damos cuenta de cuánto peso tienen en nuestras vidas.
Ayer, ese día que ya ha pasado, nos recuerda que no podemos cambiar ni alterar lo que ya ha sucedido. Por mucho que nos torturemos mentalmente o nos lamentemos de nuestras decisiones, la verdad es que no podemos volver atrás en el tiempo y corregir nuestros errores. Es un recordatorio constante de la importancia de vivir el presente, de no desperdiciar la oportunidad de aprender de nuestras experiencias pasadas y de convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos. Por otro lado, tenemos mañana, ese día que aún no ha llegado. Nos llena de incertidumbre, nos hace sentir vulnerables. Pero también nos ofrece una oportunidad maravillosa: la posibilidad de empezar de nuevo, de hacer las cosas de manera diferente, de trazar nuevas metas y alcanzar nuestros sueños. Sin embargo, también es una llamada de atención para no postergar nuestras acciones y responsabilidades, para no dejar que nuestros deseos queden siempre en el "mañana". La verdad es que solo tenemos este momento, este preciso instante en el que respiramos y existimos. El pasado ya no está, el futuro aún no ha llegado. Lo único que tenemos es ahora. Es nuestra oportunidad de tomar decisiones valientes, de amar con intensidad, de perseguir nuestros sueños y de vivir sinceramente. Entonces, no te ates al pasado ni esperes al mañana. Aprovecha el presente, vive cada día con autenticidad y gratitud. Acepta tus errores, aprende de ellos y sigue adelante. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. La vida es un regalo precioso y efímero, y solo depende de ti cómo lo disfrutes. Recuerda: solo hay dos días en los que no puedes hacer nada: Ayer y mañana. El resto de tu vida está en tus manos. Actúa con sinceridad, vive con pasión y sé el protagonista de tu propio camino.viernes, 15 de agosto de 2025
Solo hay dos días en los que no puedes hacer nada: Ayer y mañana.
“Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales.” ― Albert Espinosa
La eternidad aquí y ahora
Cuando escuchamos la palabra eternidad, solemos pensar en algo lejano, inalcanzable, casi abstracto: un tiempo infinito después de la muerte, una dimensión a la que solo se accede tras dejar este mundo. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a reconocer que la eternidad no es únicamente un destino futuro, sino también una experiencia posible en el presente.
El aquí y el ahora son puertas hacia lo eterno. Cada instante vivido con plena conciencia tiene el poder de contener lo infinito, porque en él se concentra toda la vida. Cuando respiramos con atención, cuando amamos sin distracciones, cuando abrazamos a alguien y nos entregamos de verdad a ese encuentro, el tiempo parece detenerse. No importa si dura segundos o minutos: en ese momento nos asomamos a algo más grande, algo que no cabe en relojes ni calendarios.
Vivir la eternidad aquí y ahora significa aprender a estar presentes. Significa dejar de posponer la felicidad para “cuando todo esté bien” o “cuando logremos lo que deseamos”, porque la vida real no está en el mañana imaginado ni en el ayer recordado, sino en este instante que se despliega frente a nosotros. La eternidad no se mide en cantidad de tiempo, sino en calidad de presencia.
La paradoja es que mientras más nos preocupamos por atrapar el futuro o revivir el pasado, más se nos escapa lo eterno. La eternidad no es acumulación de años, sino intensidad de vida. Se revela cuando decidimos saborear lo cotidiano: el silencio después de una conversación profunda, la calma de observar un atardecer, la risa que surge de manera inesperada.
Al comprender que la eternidad está en el ahora, aprendemos también a reconciliarnos con la finitud. Porque aunque nuestro cuerpo tenga un límite y los días se acaben, cada momento vivido con plenitud es ya un fragmento de lo eterno. No necesitamos esperar a cruzar a otra vida para experimentarla: basta con abrir los ojos, el corazón y la conciencia a lo que ocurre en este preciso momento.
Así, la eternidad deja de ser un concepto distante y se convierte en un modo de vivir: reconocer la grandeza de lo pequeño, la profundidad de lo inmediato y la infinitud que se esconde en cada instante presente.
“Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales.” ― Albert Espinosa
jueves, 14 de agosto de 2025
En la casa donde habita el tiempo
En la casa donde habita el tiempo
se olvidan las llaves, los nombres, los atardeceres.
Tu voz navega en pasillos de humo —
a veces regresa con una canción antigua,
otras veces se pierde detrás de una puerta que no tiene vuelta.
Tu mirada guarda fotografías en cajas de luz:
una sonrisa a medias, un verano que se repite,
la costura de un gesto que ya no recuerda su hilo.
Las manos, que antes sabían mapas, buscan ahora el contorno
de lo que fue y aún late bajo la piel.
No es ausencia completa: hay destellos, islas de claro —
un chiste que despierta una risa, el nombre de un nieto
que cae como fruta madura en la mesa.
Pero entre esos puertos, el mar cambia de noche a día,
y el barco olvida las rutas aprendidas.
Te hablo como quien enciende una lámpara:
para que el cuarto reconozca su propio humo.
Te escribo palabras que pueden ser ancla o puente,
para que cuando tu memoria se deshilache,
al menos queden manos que sostengan la historia.
Porque el olvido no borra el amor:
lo transforma en luz más suave, en cuidado que no exige memoria,
en presencia que sabe escuchar el silencio y nombrarlo entero.
Y si alguna tarde no recuerdas mi rostro, ven conmigo a otros paisajes:
aquí te encontraré en cada gesto, en cada taza tibia,
en la canción que insistimos en cantar una y otra vez.
“Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales.” ― Albert Espinosa
Lo que no podemos cambiar
En la vida hay realidades que, por más que queramos, no podemos modificar: el paso del tiempo, la muerte, el pasado, las decisiones de los demás. Luchar contra ellas nos desgasta y nos llena de frustración, porque es como intentar detener el viento con las manos.
Aceptar lo que no podemos cambiar no significa resignarnos ni rendirnos; significa reconocer que hay fuerzas más grandes que nosotros y que nuestra energía está mejor invertida en aquello que sí podemos transformar: nuestra actitud, nuestras elecciones, la manera en que respondemos a lo que nos sucede.
La sabiduría está en distinguir entre lo que depende de nosotros y lo que no. Y una vez hecho ese discernimiento, aprender a soltar. En esa aceptación nace la verdadera libertad, porque dejamos de cargar con lo imposible y nos abrimos a construir lo posible.
“Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales.” ― Albert Espinosa
miércoles, 13 de agosto de 2025
Escuchar es amar
Escuchar verdaderamente a alguien es un acto de amor. No se trata solo de oír palabras, sino de abrir el corazón y brindar atención genuina. En un mundo donde todos quieren hablar, ser escuchado se convierte en un regalo invaluable.
Cuando escuchamos con el alma, sin interrumpir, sin juzgar, sin pensar en qué responderemos después, le estamos diciendo al otro: "Eres importante para mí. Me interesa lo que sientes y lo que piensas". La escucha activa fortalece los lazos, sana heridas y genera confianza.
El amor se expresa en los detalles, y prestar atención a lo que el otro dice (y a lo que calla) es una de las formas más profundas de demostrar afecto. Escuchar requiere paciencia, empatía y presencia. Es un acto de entrega en el que dejamos de lado nuestro ego para hacer espacio a la voz del otro.
En nuestras relaciones, cuando escuchamos con amor, creamos un puente de comprensión y cercanía. A veces, no necesitamos dar consejos ni soluciones, solo estar ahí, con el corazón abierto, para decir sin palabras: "Te veo, te entiendo, estoy contigo".
“Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales.” ― Albert Espinosa
martes, 12 de agosto de 2025
El Poder de la Música
La música es mucho más que una combinación de sonidos; es una fuerza capaz de despertar emociones, traer recuerdos y conectar almas. Nos acompaña en los momentos más felices y también en los más difíciles, funcionando como un refugio en la tristeza y una celebración en la alegría.
Tiene el poder de transportarnos a otros tiempos y lugares con solo unas notas. Una canción puede evocar la nostalgia de la infancia, revivir un amor pasado o recordarnos a alguien especial. Es un lenguaje universal que trasciende culturas, fronteras e idiomas, permitiendo que personas de distintos lugares y realidades se entiendan a través de sus melodías.
La música también tiene un profundo impacto en nuestro bienestar. Puede motivarnos, relajarnos, ayudarnos a concentrarnos o incluso sanar. No es casualidad que la musicoterapia se utilice para tratar el estrés, la ansiedad o enfermedades neurológicas.
En definitiva, la música es un arte que nos une, nos transforma y nos hace sentir vivos. Su poder radica en su capacidad de tocar nuestra esencia, hablar cuando las palabras fallan y recordarnos que, a través de una melodía, todos compartimos una misma humanidad.
“Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales.” ― Albert Espinosa
sábado, 2 de agosto de 2025
Mi amigo Ángel
Un mes de junio una mañana al entrar en el sitio donde varios amigos nos reunimos, encuentro la terrible noticia de que uno de ellos al cual apreciaba mucho, mejor dicho muchísimo, había fallecido esa misma noche de repente.
Nos dejó sin su amistad para siempre, sin sus consejos, sin su sonrisa porque el era asi siempre positivo y no le gustaba recrearse en las penas ni de el ni de los demás, nos enseñaba que era mejor no darle vueltas a las tristezas, que teníamos que mirar para adelante y asi se marchó en silencio y sin molestar a nadie.
Nos dejó a los amigos con un gran dolor que todavía no podemos superarlo, es difícil olvidar a personas como el, muy difícil, demasiado difícil.
He perdido muchos seres queridos de mi familia pero es el primer amigo que pierdo y aunque era bastante más joven que yo, a veces me enseñaba muchas cosas y se que el también me apreciaba mucho, me lo demostró siempre.
Mi querido amigo, allí arriba donde ahora estás acuérdate de nosotros tus amigos, los que te queríamos y seguimos queriéndote, no podemos olvidarte, échanos una mano a todos sobre todo a tu familia que tu perdida la llevan muy mal. - Autora Ana D.
Dios nos lo asigna.
Un amigo nos toma de la mano
y nos acerca a Dios.
de cuidarnos.
Un amigo nos cuida por amor.
Un ángel te ayuda evitando
que tengas problemas.
Un amigo te ayuda a resolverlos.
Un ángel te ve sufrir, sin
poderte abrazar.
Un amigo te abraza, porque
no quiere verte sufrir.
Un ángel te ve sonreír y
observa tus alegrías.
Un amigo te hace sonreír y te hace
parte de sus alegrías.
Un ángel sabe cuando necesitas
que alguien te escuche.
Un amigo te escucha,
sin decirle que lo necesitas.
Un ángel, en realidad es
parte de tus sueños.
Un amigo, comparte y lucha por que
tus sueños, sean una realidad.
Un ángel siempre esta contigo ahí,
no sabe extrañar.
Un amigo, cuando no esta contigo, no
solo te extraña, también piensa en ti.
Un ángel vela tu sueño.
Un amigo sueña contigo.
Un ángel aplaude tus triunfos.
Un amigo te ayuda para que triunfes.
Un ángel se preocupa cuando estas mal.
Un amigo se desvive porque estés bien.
Un ángel recibe una oración tuya.
Un amigo hace una oración por ti.
Un ángel te ayuda a sobrevivir.
Un amigo vive por ti.
Para un ángel, eres una misión que cumplir.
Para una amigo, eres un tesoro que defender.
Un ángel, es algo celestial.
Un amigo es la oportunidad de conocer
lo más hermoso que hay en la vida,
el amor y la amistad.
Un ángel quisiera ser tu amigo.
Un amigo, sin proponérselo,
también es tu Angel.
“Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales.” ― Albert Espinosa
viernes, 1 de agosto de 2025
Cuando tú nazcas abre los ojos ...
Cuando tú nazcas abre los ojos, no solo para ver la luz del día, sino para aprender a contemplar la vida en toda su profundidad. No basta con mirar lo que está frente a ti: hay que aprender a descubrir lo invisible, lo que late en los pequeños gestos, en la bondad callada, en la belleza que muchas veces pasa desapercibida.
Abre los ojos a la gratitud, para que nunca olvides que lo que hoy disfrutas es fruto de lo que otros sembraron antes de ti. Abre los ojos al dolor ajeno, porque solo así aprenderás a tender la mano, a consolar y a acompañar. Abre los ojos también a tus propios errores, ya que serán ellos los que te enseñen más que los aciertos.
Cuando tú nazcas abre los ojos al amor, no como un simple sentimiento pasajero, sino como la fuerza capaz de dar sentido a tu existencia. Porque amar es mirar más allá de uno mismo, es comprender que tu vida está unida a la de los demás, que no viniste al mundo para acumular, sino para compartir.
Y cuando el cansancio de la vida llegue, cuando sientas que tus fuerzas se agotan, vuelve a abrir los ojos como la primera vez: con inocencia, con asombro, con esperanza. Solo así la vida tendrá siempre un motivo para ser vivida, y cada amanecer será un regalo que merezca la pena abrir con ojos nuevos.
Cuando tú nazcas abre los ojos
Toma la vida, es para tí
Un mundo entero para que juegues
Para que crezcas libre y feliz
Todo un planeta entre tus manos
Cuando tu vueles fuera de mí
Cuando tú nazcas ojalá puedas ver el sol
Y si aún existe el mar tan azul como duerme hoy
Y que la lluvia
Salte pura sobre tu piel
Que aún sople el viento
Y que juegues con él
Y que la nieve
Caiga blanca por navidad
Cuando tú nazcas
Que tú nazcas en paz
Ojalá que puedas conocer
Los veranos que he vivido yo
Y esos libros viejos que guardé
Pensando en tí hijo mío
Que los bosques sigan donde están
Que aún exista el dulce olor a pan
Ojalá que quede para tí un mundo como el mío
Que la luna siga siempre ahí
Vuelen las estrellas sobre tí
Ojalá te quede todavía un mundo como el mío.
“Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales.” ― Albert Espinosa
Enrique Rojas - Etapas de la Vida
Enrique Rojas, un psiquiatra español, ha explorado las diferentes etapas de la vida en sus obras y conferencias, destacando la importancia de cada fase y cómo afrontarlas con inteligencia y voluntad. Él aborda la infancia, la juventud, la madurez y la tercera edad, señalando las características y desafíos particulares de cada una.
Aquí hay un resumen de las etapas de la vida según Enrique Rojas:
Infancia:
Un período de descubrimiento y aprendizaje, donde el niño absorbe todo lo que le rodea como una esponja.
Juventud:
Una etapa de rebeldía, inconformismo y búsqueda de posibilidades, pero también de posibles errores y desafíos.
Madurez:
Una fase de equilibrio, donde se aprende a darle a las cosas la importancia que realmente tienen y se hace un balance personal de lo vivido.
Tercera Edad:
Una etapa de serenidad, reflexión y aceptación de la propia vida, buscando la reconciliación con uno mismo.
En su libro "Vive tu vida", Rojas ofrece sugerencias y observaciones psicológicas para cada etapa, ayudando al lector a superar dificultades y a encontrar la felicidad en cada fase, según sus propias circunstancias, según Amazon. El libro también incluye pruebas y casos prácticos para ayudar al lector a explorar su propia evolución psicológica.
Además, Rojas ha señalado que la definición de felicidad evoluciona a lo largo de la vida y que, en la madurez, la felicidad se encuentra en la reconciliación con uno mismo. En sus investigaciones, Rojas ha explorado los diferentes pilares que contribuyen a la felicidad, incluyendo la autoestima y la capacidad de superar los desafíos de cada etapa, según Farmacia Vieitez
“Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales.” ― Albert Espinosa
jueves, 12 de junio de 2025
Una lección de amor
Amar no es solo un sentimiento que aparece en ráfagas de intensidad; es una práctica cotidiana, humilde y a veces difícil. La verdadera lección de amor no viene envuelta en grandes gestos románticos, sino en las pequeñas decisiones que tomamos una y otra vez: elegir escuchar cuando preferiríamos hablar, ofrecer ayuda sin esperar reconocimiento, y sostener límites con ternura cuando es necesario.
Amar implica ver al otro con claridad —sus virtudes y sus defectos— y, aun así, decidir acompañarlo en su camino. No significa borrar el dolor ni solucionar todos los problemas; significa estar dispuesto a caminar junto al otro, aceptar que ambos pueden equivocarse y aprender a pedir perdón. El perdón no es un borrón que reescribe la historia, sino un acto que libera y permite reconstruir la confianza desde la responsabilidad compartida.
También es una lección de humildad: el amor requiere que dejemos de intentar controlar la vida del otro y aprendamos a celebrar su libertad. A veces amar es soltar. A veces amar es mantenerse firme. Ambas opciones nacen de un lugar sano cuando están guiadas por respeto y honestidad.
Finalmente, amar se aprende practicándolo con uno mismo. Quien no se trata con cuidado difícilmente podrá cuidar a otro sin perderse. La compasión interna —aceptar nuestras fallas, cuidar nuestras necesidades y exigir respeto— se refleja en la calidad del amor que damos.
La lección esencial, entonces, es esta: el amor madura en los gestos cotidianos, en la paciencia que se elige, en la vulnerabilidad que se comparte y en la libertad que se respeta. Amar bien no es perfecto; es consciente, generoso y, sobre todo, coherente.
“Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales.” ― Albert Espinosa
miércoles, 30 de abril de 2025
La mejor manera de predecir el futuro es creándolo
“Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales.” ― Albert Espinosa
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